Bajo la pesadumbre: ¿y ahora qué?

Comienza un nuevo camino, comienza un nuevo despertar

Esta Semana Santa que acaba de pasar fue, para mí, un torbellino de trabajo y cansancio. Las tareas del hogar, el dolor físico y ese pesimismo silencioso que a veces acompaña la rutina del ama de casa me envolvieron por completo. Apenas pude disfrutar de las procesiones. De lo poco que logré saborear, destaco la del Cristo de Mena y el poderoso simbolismo que encierra. Sentí un pequeño alivio al ver los pasos de la Legión; fue, quizás, el único momento de sosiego. Aun así, todo lo vi mal, de reojo, sin la atención y la calma que me habría gustado.

Y entonces llegó la noticia de la muerte del Papa Francisco. Me sentí desolada. Bajo esa pesadumbre, me invadió una pregunta profunda y angustiante: ¿Qué será ahora de todos nosotros? ¿Quién será el próximo Papa? ¿Qué será de la humanidad?

Desde hace tiempo, anhelaba volver a escribir en el blog, pero no con el objetivo de aprovechar la muerte del Papa para atraer visitas o dramatizar lo innecesario. No va de eso. Lo que siento es más profundo: es la certeza de que algo ha terminado. Algo grande. Algo universal. Y ante eso, solo queda preguntarse: ¿qué vendrá ahora?

Estoy convencida de que hay un nuevo camino detrás de todo este cambio. Estas fiestas —Semana Santa incluida— han dejado de ser solo un rito religioso para convertirse en una señal clara: basta ya. Se acabó algo, y se acabó desde ya.

Siento que este es mi momento para hablar. He pasado por un largo proceso, por un tiempo de silencio interior. No estoy reaccionando simplemente a la muerte del Papa, no es eso. Es que ahora sé que tengo que seguir. Que debo continuar escribiendo. Porque esto es lo mío, este es mi propósito, y este es mi verdadero sentir. No estoy esperando la validación de nadie. Estoy dispuesta a trabajar con mis teorías pase lo que pase.

Este es, para mí, un nuevo inicio. Y aunque mis ocupaciones diarias me absorban, no puedo permitirme más miedos al cambio. La muerte —en su sentido más amplio— también puede ser un comienzo. Sinceramente, creo que todos deberíamos hacernos esta pregunta: ¿hacia dónde vamos a caminar ahora? Cada uno, en nuestras propias vidas.

Comienza un nuevo camino.
Comienza un nuevo despertar.

Texto corregido por IA